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Jaap Kottier fue quien hizo posible el nacimiento de Holandesa.

Él fue la persona a quien el "Programa de Asesores Holandeses" envió a asistirnos.

Nos visitó cerca de una docena de veces y se convirtió en parte de nuestra familia. Siempre estuvo dispuesto a enseñar. La primera vez que vino, no tenía idea de que tenía que empezar de cero. Aun así, se arremangó y se puso a trabajar.

 

Cuando Jaap, por fin, decidió retirarse, no quiso dejarnos solos y le pasó la estafeta a Henk Busse, otro maravilloso maestro repostero.

Él no solamente nos dio su conocimiento, también todo su cariño. Vino varias veces a Guatemala, incluso acompañado por su esposa, Cisca. Henk fue quien nos señaló el camino del chocolate. El nos dejó también una profunda huella, no solo profesionalmente sino, ante todo, como ser humano. Era realmente una bella persona con un enorme corazón.

 
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Conocimos a Jean Luc gracias a un proveedor canadiense de fuentes de chocolate. Él y su encantadora esposa, Johanne, tienen dos hijos de origen guatemalteco, y deseaban conocer este lindo país. Es francés, pero el amor lo hizo quedarse en Canadá. Es maestro repostero con más de 40 años de experiencia y durante años ha estado viniendo a enseñar a nuestro equipo, aproximadamente, cada seis meses. Un entrañable amigo y maestro. Apasionado por su arte.

 

Conocimos a Hugh hace diez años, en una feria en Alemania, la IBA, la más importante del mundo en nuestra rama. Es, además de un ser humano noble y bondadoso, un visionario y trabajador exigente e incansable. 
Inició una fábrica de chocolate que terminó vendiendo a uno de los productores más grandes del mundo. 
Gracias a su ayuda y apoyo incondicional, aprendimos a hacer el chocolate que llevan nuestros pasteles, con base en tradicionales recetas belgas y suizas. Hugh, no solo nos ha enseñado y orientado. En momentos difíciles que hemos tenido que enfrentar, nos ha echado el hombro y brindado una mano. Gracias Hugh

 
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Ecki, como le llamamos de cariño, ha sido otro de nuestros maestros y, ante todo, un gran amigo. Es un austriaco enamorado de Guatemala, en especial de Antigua, donde se queda cada vez que viene. Un hombre alegre y de hablar pausado. Le encanta tocar guitarra. Él nos enseño muchos de los secretos de la repostería austriaca, que es: ¡delicadamente deliciosa!

 

Wilhelm, maestro repostero alemán, es otro amigo que nos ha ayudado a lo largo de los años. El llegó a tener más de 100 puntos de venta en Europa, hasta que se decidió retirar. Maestro exigente, siempre nos ha desafiado a ir más allá, a esforzarnos más, a trabajar más. Regañón, pero bello! Jajaja.

 

Suizo de nacimiento, pero ya casi que latino de corazón. Conocimos a Hans por cuestiones comerciales, pero poco a poco esa relación se convirtió en amistad. Siempre inquieto, siempre con ideas diferentes, siempre sugiriendo diferentes cosas. Hans, te agradeceremos siempre tus ideas y entusiamo.